¿Gerente cómplice o indolente?
5 de diciembre, 2000 cubanet
PINAR DEL RIO, 4 de diciembre (Víctor Rolando Arroyo, UPECI) - En Cuba hay una sola empresa que oferta servicio telefónico a la población. Devenida en sociedad anónima (S.A.) también se abroga el derecho de decidir qué informes brindar a los clientes sobre hechos que a ellos involucra.
El pasado 24 de noviembre mi equipo de tele-fax fue inutilizado por una sobrecarga eléctrica en la línea telefónica, donde dos operadores laboraban sin motivo aparente.
Cuando me presenté, luego de algunas gestiones, ante el gerente de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) en esta provincia, ingeniero Hermes Remigio Ferro, éste aseguró que haría una investigación no sólo del hecho, sino además de las frecuentes interrupciones de mis comunicaciones locales e internacionales.
Pasado el tiempo que fijó el gerente, éste se limitó a informarme que el incidente se produjo por un sobrecruce de la línea telefónica con líneas eléctricas y que era a la Empresa Eléctrica a quien debía demandar.
El gerente se negó de manera rotunda a informar el punto donde se había producido el supuesto contacto entre el cable de mi teléfono y los que conducen electricidad, como tampoco entregó documentación en la que se refieran los pormenores de la presunta investigación técnica.
Así, de forma prepotente, se cerró el extraño caso del telefax quemado, donde perdí un costoso equipo comprado precisamente a la ETECSA y el gerente de esa empresa mixta no adoptó la conducta elemental que caracteriza a quienes se desempeñan en esa plaza: velar por la calidad del servicio a los clientes, cuestión ésta que debe estar al margen de las creencias ideológicas.
Puse en conocimiento del gerente que yo había revisado el área conjuntamente con dos especialistas en telefonía y no vimos la existencia de líneas de corriente eléctrica que pudieran haber ocasionado la afectación. Además, también pudimos comprobar que el único teléfono afectado fue el mío.
¿Qué fuerzas poderosas motivaron al gerente a negar la atención debida y la explicación veraz a un cliente perjudicado gravemente?
¿Será ese el comportamiento de los demás gerentes cubanos con los que disentimos de la política oficial?
Con tales conductas, ¿podrán prosperar en Cuba las empresas con intervención de capital extranjero?
Que cada lector saque sus propias conclusiones.
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Hoy sabemos que es un cómplice, hermano de Ruben Remigio Ferro , presidente del Tribunal Supremo Popular de Cuba.
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