Noel Manzanares Blanco
Noel Manzanares Blanco (Camagüey, Cuba, 10/11/55). Profesor y Periodista. Licenciado en Educación de Historia-Ciencias Sociales, Master en Ciencias y Aspirante a Doctor. Profesor de Teoría Socio-Política en la Universidad de Camagüey. Miembro del Consejo de las Ciencias Sociales y Humanistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; Presidente del Área de Historia, Cultura e Identidad en el Programa Territorial de Ciencias Sociales y Humanísticas, y Secretario de la Casa de Alto Estudios Don Fernando Ortiz, Filial Camagüey. Colaborador de los medios de prensa en Camagüey y del Servicio Especial de la Agencia Cubana de Noticias. Sus trabajos han sido divulgados en Internet a través de órganos de prensa de Alemania, Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, República Checa, República Dominicana, Rusia, Suiza, Uruguay y Venezuela, así como en la Red de Prensa del Movimiento de Países No Alineados.
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Una muestra del daño p'sicologico que causa el adoctrinamiento castrista, ya alguien lo llamo automata y por aca lo bautizamos EL PORRÓN DE LAS CONSIGNAS ETÍLICAS
Cuba: datos que hablan por sí mismo
Jueves, 06 de Septiembre de 2012 03:01
Su ¿maldito? Socialismo, excluye millones de niños y niñas sin vacunas ni los beneficios vitales de la inmunización sistemática ni…/ A pesar de señores/as de la ¿izquierda? contraria a nuestra Revolución devenidos/as complemento de la “disidencia” amparada por Washington y comparsa
A pesar que el Sol tiene mancha, quema y da luz, sobretodo, quienes se empeñan en ser desagradecidos y/o olvidadizos —entiéndase, equis adversarios de nuestro sistema ideo-político y económico-social— han encontrado en las insuficiencias y deficiencias del proceso revolucionario cubano una suerte de razón de sus existencias.
Si aplico un juicio afincado en la Estadística, aseguro que prácticamente nunca los susodichos/as se dan por enterados/as que instituciones poco sospechosas de trabajar por un pago de La Habana —verbigracia, las pertenecientes al sistema de la Organización de las Naciones Unidas—, regularmente acreditan la tragedia a galope de millones y millones de pequeños/as ubicados en los países del Sur y otro tanto en el mismísimo Norte; al tiempo que testimonian cómo de de sus cifras escapan niñas y niños de la Isla.
Por ejemplo, unas semanas atrás en Nueva York apareció un informe que habla de millones de infantes sin vacunar y que UNICEF llama a la acción para llegar hasta ellos. Allí, aparecen datos espeluznantes como los que continúan:
El Comité de seguimiento independiente de la Iniciativa para la Erradicación de la Poliomielitis ha informado sobre el importante descubrimiento de que 2,7 millones de niños y niñas de seis países diferentes no han recibido nunca la dosis individual de vacunación contra la poliomielitis; amén que muchos de ellos jamás obtuvieron los beneficios vitales de la inmunización sistemática.
En consecuencia, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) se ha comprometido a poner en práctica las recomendaciones descritas en el informe mencionado; a utilizar las campañas de vacunación contra la poliomielitis para integrarlas a un buen saneamiento y nutrición; a ampliar el empleo de las actividades de movilización social para que las comunidades se apropien de las campañas de salud; y a encontrar maneras innovadoras de llegar a los niños/as más aislados.
Entretanto, resulta bien fundado que afirme con una mínima posibilidad de errar el hecho que de las trágicas cifras develadas por los organismos de las Naciones Unidas que atienden el desarrollo de la infancia escapan criaturas de la Isla.
Apenas me dispongo a brindar unos pocos argumentos desde la propia Salud Pública en la Mayor de las Antillas.
Es reconocido que la mortalidad infantil en Cuba se mantiene en 4,7 por cada mil nacidos vivos, una de las cifras más bajas del mundo; al tiempo que un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud destaca que la mortalidad infantil se redujo de 35,9 en 1960 a 4,9 en 2011, avance que se obtuvo pese a que Cuba sufre desde hace 50 años un Bloque económico y comercial impuesto por Estados Unidos.
En ese contexto, desde hace décadas se impulsa un programa de vacunación que da cobertura contra 13 enfermedades al 100 por ciento de nuestros pequeñines; sin descartar que otros números develan que en los primeros cinco meses de 2012 en Cuba hubo una disminución de las tasas de mortalidad escolar y preescolar, con índices de 3,2 y 1,3 muertes por 100 mil habitantes, respectivamente.
Fíjese usted que solo asomo unos números vinculados a la calidad de vida de nuestra infancia, obviando que en esos mismos meses la tasa de incidencia de la tuberculosis pulmonar fue de 5,9 por cada 100 mil habitantes; mientras que sobre el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) han disminuido los diagnósticos tardíos de SIDA y la mortalidad por esa causa, y algo más de gran significación: la sobrevida de pacientes que iniciaron tratamiento en 2010 se eleva a 94,4 por ciento —siempre de acuerdo con autoridades del sector.
He aquí datos que hablan por sí mismo acerca del ¿maldito? Socialismo en Cuba que difiere de la situación de millones de niños y niñas sin vacunas ni los beneficios vitales de la inmunización sistemática ni otras tragedias certificadas por la ONU; y muy a pesar de augurios de señores/as de la ¿izquierda? contraria a nuestra Revolución devenidos/as complemento de la “disidencia” amparada por Washington y comparsa.
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Noel Manzanares Blanco - Tf: 32272571 AVE. PASEO EDIF. 24 APTO. 1, J.A.MELLA, CAMAGUEY
Interesante el enterarse de estos datos.
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